5 de diciembre de 2018

EL MAR DE PUSHKIN ERA EL MAR DEL ADIOS





Fotografía:Lulu Pujols


AL MAR 
¡Adiós, libre elemento! Por última vez frente a mí Haces rodar olas azules Y resplandeces con tu belleza orgullosa.
Como el murmullo melancólico de un amigo, Como su llamada en la hora de despedida, Tu triste ruido, tu ruido invocador He oído por última vez.

¡País deseado de mi alma! ¡Con qué frecuencia por tus orillas Paseé, silencioso y brumoso, Atormentado por un pensamiento atesorado!
¡Cómo amaba tus ecos, Sonidos apagados, la voz del abismo Y tu silencio en la hora de la tarde, Y tus impulsos caprichosos!
Vela humilde de los pescadores, Protegida por tu capricho, Se desliza con valor en medio del oleaje: Pero tú te perturbaste, invencible, Y ya se hunde la bandada de naves.

¡No pude dejar para siempre La orilla aburrida, inmóvil, Ni saludarte asombrado Y por tus crestas dirigir Mi poética fuga!
Estabas esperando, llamando… yo estaba encadenado; En vano aspiraba mi alma: Fascinado por una pasión poderosa, Me quedé en tierra…
¿Qué lamentar?¿A dónde, ahora, Dirigiría mi camino descuidado? Una cosa en tu desierto Dejaría impresionada mi alma.
Una roca, la tumba de la fama … Allí se sumergían en gélido sueño Recuerdos grandiosos: Allí se apagaba Napoleón.
Allí descansó entre sufrimientos. Y después de él, como el ruido de la tormenta, Se fue de nosotros otro genio, Otra dueño de nuestros pensamientos.

Desapareció, por la libertad llorado, Dejando al mundo su corona. Muévete, agítate con el mal tiempo: Él fue, oh mar, tu poeta.
Tu imagen se imprimió en él, Fue creado por tu espíritu: Como tú, poderoso, profundo y sombrío, Como tú, siempre indomable.
El mundo quedó vacío … ¿Ahora a dónde Me llevarías, oh, océano? El destino de los hombres es siempre el mismo: Donde hay una gota de bien, están en guardia La civilización o el tirano.
¡Adiós entonces, mar! No olvidaré Tu belleza solemne Y oiré por mucho, mucho tiempo Tu bramido en las horas de la tarde.
A los bosques, a los desiertos silenciosos Llevaré, lleno de ti, Tus rocas, tus bahías, Y el brillo, y la sombra, y el murmullo de las olas.

Pushkin escribió este poema en 1824, exiliado en la finca de su padre en Mijáilovskoe.


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