Fotografía:Lourdes Pujols |
y este seto que tanta parte
del último horizonte la mirada excluye.
Mas, sentado y mirando interminables espacios de allá lejos
sobrehumanos silencios y su grandísima quietud,
me quedo ensimismado hasta que casi
el corazón se teme.
Y como el viento
cuyo tráfago escucho entre las hojas, a este
silencio sin fin esta voz
voy comparando: y me acuerdo de lo eterno
y de las muertas estaciones y la presente y viva,
y sus sonidos. Así a través de esta
inmensidad se anega el pensamiento mío;
y naufragar me es dulce en este mar.
del último horizonte la mirada excluye.
Mas, sentado y mirando interminables espacios de allá lejos
sobrehumanos silencios y su grandísima quietud,
me quedo ensimismado hasta que casi
el corazón se teme.
Y como el viento
cuyo tráfago escucho entre las hojas, a este
silencio sin fin esta voz
voy comparando: y me acuerdo de lo eterno
y de las muertas estaciones y la presente y viva,
y sus sonidos. Así a través de esta
inmensidad se anega el pensamiento mío;
y naufragar me es dulce en este mar.
Giacomo Leopardi
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